Hasta luego Amigo Alberto.

Así no más te fuiste pu amigo Rojas, igual como llegaste un día cualquiera hace 6 años a la casa, primero como conocido de mi papá, después resultaste conocido de mi vieja desde los tiempos en que eran jóvenes, después resultó que tu señora era amiga de mi vieja, de hace más tiempo aún. Y así mismo te fuiste, sin avisar, es que así es mejor, así como se mete el viento por la puerta, sin pudores ni muchos pensamientos, ya a la vida le habías sacado el jugo, tus hijos estaban grandes, pero, aún no formaban su propia familia, al menos los dos menores, tu señora te había dejado sólo hace menos de dos años, ella se fue igual como lo hiciste tú, sin aviso.
Siempre me acuerdo que no te gustaba que te dijeran viejo, y claro el espíritu no debe envejecer, tenías una reveldía juvenil, que no se condecía con las arrugas que poblaban tu cara, pero que importa, eras un viejo buena onda, aunque nunca te lo dije, así te encontraba, siempre tirando la talla, siempre alegrando los almuerzos, eras cómplice de mi vieja en todas las ensaladas malas, siempre la apañabas con la coliflor, con la betarraga, con las berengenas y con el pan con mantequilla, o más bien como es el estilo de ustedes mantequilla con pan. Todos los días nos enojábamos porque ponías el canal de la hípica en la tele del comedor. Mi viejo pucha que te va a extrañar, eras el único que lo acompañaba al teletrack, no sé si lo acompañabas a él o él a tí. La única vez que te fuimos a ver a tu casa camino a Pucón, fue también la última, claro ahora sólo quedan tus hijos que me imagino que no deben querer siquiera ir a su casa, sin la presencia de tí ni de tu señora, claro que seguramente llena de sus recuerdos. Estabas contento ese día, aunque no lo demostré yo también, verlos a todos felices, era muy bueno, quien iba a pensar que tres meses después, tu íbas a irte al cielo. Quedó la pieza que ocupabas, con re pocas cosas, tu radio que casi siempre me hacía desvelarme porque te quedabas dormido con ella encendida, me da pena verla sola. Algunos libros, tus calendarios de siempre. Menos mal que no tenías nada de ropa acá, porque eso si que da pena. Quedan también tus libros del teletrack, voy a echar demenos tus historias del norte, aunque siempre la Bárbara se enojaba porque empezabas con las historias y no parabas más, te vamos a echar demenos amigo Rojas. Aunque nunca te lo dijéramos eras una distracción agradable para la rutina, mi vieja te va a echar demenos, porque aunque no te lo hubiese dicho le recordabas a su papá, a mi abuelo, si hasta te parecías y tenías los mismos gustos. Incluso vamos a extrañar tus decenas de jockeys, que tan feos encontrábamos, tu buena disposición a pescar todos los cachos que te metía mi vieja cuando íbas a la fería, cuando llegabas con tu bebida de litro y medio que siempre te encontrábamos chica, con el té que traías cuando íbas donde tus parientes al norte, por varios meses, cuando siempre hablabas de tus primos y de tus tíos, como si los vieras a diario. Eras buena persona amigo Rojas, pero fuiste desconsiderado en morirte, así derrepente, y tan lejos. La noticia me pegó, me cayó un saco de hielo encima cuando tu hijo me avisó que te habías ido, si ni me acuerdo lo que le contesté, me hubiese gustado ir a decirte hasta luego, pero no te veo así con el pijama de palo puesto, mejor me quedo con el recuerdo de tu vitalidad, hace un mes te habías ido a la casa de tu hija en Valparaíso, nunca pensamos que no te íbamos a ver nunca más, de hecho no me acuerdo si te dije chao, si total siempre íbas de viaje y al mes, te veíamos denuevo. Parece que estábas más mal de lo que alguno se imaginó, es que nunca lo demostrabas, en eso nos parecemos, cuando estamos mal, no todos los saben. Amigo Alberto, al menos vas a estar con tu señora que se te adelantó en ese tan desgraciado accidente. No me gusta que la muerte ande tan cerca, pero así es la vida, parece que tenías cáncer, tus pulmones te fallaron, la cuchara ya no quería más. Todavía no puedo creer que no vas a venir más. Ya te echamos demenos, descanza en paz Alberto.

Bitter


La presente guía tiene por objetivo, hacer que el alumno, deje atrás sus convicciones personales, para poder así convertirse en un autómata, que basa su rutina, no en sus ideales, no en sus anhelos, sino que haciendo lo que la sociedad de mercado, de consumo, nos hace ver como lo ideal, lo oportuno, lo necesario y lo aceptable. Base sus actividades, a razón de lograr la productividad máxima, recuerde que su actividad no representa mayor valor social. Es necesario que en lo posible se abstraiga de hacer algún lazo de tipo afectivo, o empático, ya que caer en ese tipo de vicios, perjudicaría su producción. Si bien su profesión requiere de un sentido ético y un compromiso social, esto es despreciable, su formación básicamente es de carácter técnico, mucha información, preparación teórica, pero bajo compromiso social, no se preocupe, usted sabe que a fin de producir gran salario, debe multiplicar las horas de trabajo, mejor aún si vive en función de lo que estudia e ignore el entorno, céntrese en su persona y en sus necesidades, omita las relaciones afectivas y cualquier otra actividad que no gire en torno a su campo de acción. Las quejas por su falta de tiempo van a ser bien recibidas en los entornos sociales. Los entornos sociales favorables le traerán provechosas conexiones. Evite entornos donde se pueda ver afectado por problemas que no tengan que ver con su principal objetivo: la máxima producción de recursos. Recuerde que el objetivo de este curso es lograr la solidez material, que hará que su vida vacía de ideales y motivos nobles se torne agradable y con sentido: la posesión. Recuerde que la felicidad es cuantificable.

Y nuca voy a cambiaramss....


Hay cosas que no tienen que cambiar, por lo menos no quiero que cambien, los amigos, la familia, las personas que son significativas. Hace un par de semanas, uno de mis mejores amigos, esos que son como hermanos, estuvo de cumpleaños. Como es usual, las mismas caras desde hace años se congregaron, obvio que algunas caras nuevas también, pero lo que me gusta más, es que a pesar de los años que han pasado (que son varios pero no demasiados), y las cosas que se han vivido, el ánimo no se ha perdido, hemos tomados diferentes caminos, pero nos une el tronco, y las raíces están profundamente arraigadas a la tierra, que es común. Espero que eso no cambie a pesar de los años, y de las circunstancias de la vida, espero que sigamos en contacto, porque sabemos que a pesar de las distancias, siempre hay ganas y medios para poder saber de los otros. He tenido votado este espacio, hay veces que me dan ganas de escribir algo, pero se espantan con cualquier excusa, más vale tarde que nunca. Saluos, Namaste y Buena Suerte.