The Road Trip....... o viaje relámpago

Bueno amigos y queridos lectores la falta de ideas no es tan grande pero la angustia por la llegada del mes fatal, hace que a veces se nos nublen los pensamientos, y que mejor para poder sacar adelante este espacio que recurrir a nuestros queridos y atesorados recuerdos, que esta vez son bastante cercanos, recientes y vívidos, voy a relatarles mi fascinante experiencia del road trip, ¿qué es un road trip?, bueno querido lector si usted no es muy amigo del idioma de los beatles (para que suene más cool), le cuento que el road trip no es más que un viaje por carretera, término muy usado por los gringos para referirse a sus viajes por la madeja de carreteras que tienen en su país. Bueno mi destino era Puerto Montt, precisamente a pegar en la pera a la casa de una tía, que como la mayoría de la gente la vemos sólo un par de veces en el año y casi siempre en los veranos, la oportunidad la pintan calva, la pareja de mi madrina y tía, tenía que partir para Puerto Montt, y casualmente iba solo en un camión, que mejor que aprovecharme de esa situación y encaletarme a un paseo flash por el famoso puerto.

La salida fue un domingo a las 14:15 horas, el domingo (día más horrendo de la semana), puede resultar menos rutinario con 5 horas de ir sentado al lado de una persona que tiene tanto en común contigo como un cura con una vedette (perdóneme la comparación, pero no se me ocurrió otra), cinco inolvidables horas sentado en un camión chico con la radio mala, imagínese mi tedio después de una hora de viaje, claro puedo rellenar una hora con la típica conversación de temas intrascendentes, pero cinco, creo que ni con un amigo al lado se puede rellenar tanto. En fin pasaban las horas y la típica necesidad vital se dejaba sentir (quería hacer pipí, sorry por lo siútico pero pichí suena feo), la primera parada tuve que aprovecharla, ya con la vejiga vacía les cuento que ví hartos peajes, árboles, vacas, pueblos, rayas, teléfonos SOS, y miles de mochileros, curiosamente eran siempre parejas, curiosamente siempre la niña hace dedo, mmmm recordé una aciaga circunstancia en la que me ví obligado a hacer dedo (que quizás algún día relate, cuando me dé menos vergüenza), y no pude más que regocijarme de la mala suerte de un mochilero en un día de sol, jajaja, menos mal que no era yo, pues bien pasaron las horas y la conversa intrascendente tomó otros tintes, la pareja de mi tía me iba a dejar donde la tía, y se iba a hacer la cola para descargar al molino no se cuanto, en fin la verdad me daba lo mismo (que mala persona ah?). llegué a la casa de la tía, que para mi fortuna queda en el centro de Pto. Montt,y una de mis ideas aparte de saludar a los tíos, obviamente, era echar una mirada por la ciudad, bueno en la medida de lo posible, y distraerme ya que el tedio en Temuco se hacía bastante grande. Cuento corto, salí con la tía a comprar el pan al mall de Pto. Montt, con invitación a un restaurant incluida, la suerte mía. A las dos horas llegamos a la casa con mi tía que dicho sea de paso tiene 81 años, así que carrete no fue. Mi día había finalizado a las 01:36 de la mañana.

Había aclarado, me levante y ahora si que quería dar el paseo que había estado esperando, a las 09.45 salí de la casa con dirección a cualquier lugar turístico que me encontrara, bueno realmente para una persona que no es muy conocedora de la ciudad, puede resultar una tarea bastante complicada, pero este no fue el caso, ya que la costanera era el lugar que había que visitar, llegué y cual turista asiático me dejé llevar por un frenesí tecnológico, y comencé a hacer videos de los barcos, la pareja de monos que está sentados frente al mar, etc, etc. Con el celular, con el miedo típico del chileno, ( que me pelaran el teléfono) terminé de inmortalizar mi visita al puerto.

A las 13:15 (después de haber almorzado a las 11:30) abandoné la capital de la décima región, para sumergirme en los rincones más profundos de mi mente y evitar conversaciones tediosas que me esperaban al regreso.

Lo bonito y lo importante es que estuve la friolera de 19 horas en Puerto Montt, no descontando las 8 horas que dormí.

Sé que esta vez la columna se alejó del estilo, pero tómelo como un relato de mi vida cotidiana(cosa muy usada en blogs amigos).

Saludos Namaste y Buena Suerte.