Buenas amables, hace rato que no pasaba a plasmar mis desvaríos en el blog, y es que no se me ocurría nada, me estaba yendo a la “cochiguagua”, con recuerdos, y nada de elaboración conciente, nada del mate propiamente tal, y cuando estaba en eso, vulgarmente “tomando caldo de cabeza” por no me acuerdo que, dije: “hay gente muy inconsciente”, y claro!, se me iluminó la ampolleta y dije: voy a hablar de la inconciencia, digamos en términos de acciones del día a día, a mí me gusta explicar todo con ejemplos así que vayamos a uno. Un joven X, acaba de salir de clases, digamos de una materia que no es demasiado importante para su futuro desarrollo profesional, acompañado por un pequeño grupito de pares que piensan de manera parecida , tienen lo que se denomina en jerga universitaria una “ventana” de digamos algo más de una hora, osea son las nueve cuarenta de la mañana y recién a las once los jóvenes tendrían otra aburrida clase de una materia que si bien es importante, los jóvenes consideran que los contenidos necesarios no son abordados con la profundidad requerida, por lo que quizás faltar no sería gran pecado. Pues bien los jóvenes deciden que sería una gran idea ir a tomarse un café, no muy cerca de la universidad, pero bueno da igual, ya que uno de ellos anda en auto y cabían todos. Sí, es una buena idea, además la cafetería es nueva y tiene un ambiente súper grato. Sorpresa!!, la famosa cafetería está cerrada, abren como a las doce, gran problema para el grupo de muchachos, que hacer, por suerte uno de ellos se ilumina y decide invitar al grupito a su casa, eso sí antes de eso hay que hacer un desvío y ver las fotos de uno de los profesores que participa en un grupo de gimnasia de adultos mayores que sale en paños menores y exhibiendo sus progresos. Ya en la casa la ídea era disfrutar de un café y de pasada hacer hora hasta que sean las doce y entren a la aburrida clase. Los jóvenes disfrutan de un café y varias anécdotas, se acerca peligrosamente la hora crítica, ¿Quién quiere ir a jugar ping pong?........sólo esa pregunta bastó para que el grupito de inconscientes decidiera echar al saco la clase y quedarse a un mini campeonato de ping pong, cabe destacar que el dueño de casa y padre de la idea es un joven de 24 años, que por su edad ejerce cierto liderazgo en el grupo que apenas roza los 18.
Después de unos extenuantes partidos de ping pong, los jóvenes se aburren y deciden darse una vuelta a los últimos quince minutos de la clase. Sorpresa número dos: ¿Porqué no vinieron?……….hicieron prueba sorpresa de entrada y todos tienen un uno…….
Moraleja:
Si estos personajes no hubiesen sido tan inconscientes hubiesen ido a clases y se hubiesen sacado un dos al menos.
Bueno como no siempre se aprende de los errores, me han pasado cosas malas por inconsciente, y por inmaduro, pero no crean amables lectores que me olvido, eso es lo malo, me acuerdo, pero me he vuelto a tropezar con la misma piedra. Eso tiene un nombre pero no quiero que me lo recuerden.
Saludos, Namaste y Buena Suerte.
PS: Todos los hechos relatados son absolutamente ficción y no tienen relación con las experiencias personales del autor.